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CÓMO MEJORAR EL RENDIMIENTO EN EL TRABAJO DE OFICINA

Lee estas sencillas medidas para mejorar la productividad en la oficina y piensa si alguna de ellas podrías proponerlas en tu empresa

TAREAS

  • Planifica tus tareas durante el día y la semana. Asigna un tiempo determinado a tareas repetitivas como responder a consultas, atender visitas, etc. Utiliza el final del día para planificar el día siguiente.
  • Trabaja priorizando tareas. A primera hora, cuando se posee más energía, las más complicadas, luego, las más sencillas.
  • Retomar la tarea reduce el rendimiento. Evita interrumpir a cualquier compañero en cualquier momento sin causa justificada.
  • Elimina las tareas que no aportan valor. Cuestiona entre tus tareas cuáles son necesarias y cuáles no -aunque las hagas muy bien.
  • Despeja la mesa y muestra tu orden visualmente. Bandejas y post it te ayudarán a controlar el trabajo.
  • Anota los temas del día o semana que requieren tu atención y utiliza calendarios electrónicos para mantener a tu equipo informado.
  • Coloca la pantalla del ordenador fuera de reflejos que pueda incrementar tu fatiga ocular.
  • Consume el material de oficina de forma eficiente como lo harías si fuera tuyo.
  • La oficina debe estar dispuesta para facilitar los procesos administrativos y la interactividad de las personas que requieren mayor comunicación entre ellas.
  • Elementos comunes como destructora, fotocopiadora y archivadores deben ocupar un lugar estratégico.
  • Cuanto mayor número de tareas hagas a la vez, menor será tu productividad.
  • En las oficinas del futuro no habrá despachos, ni mesas de trabajo fijas, lo que nos obligará a trabajar sin papeles y saber usar las tecnologías. La distribución de una oficina evitará la actual jerarquía de los organigramas tradicionales.
  • Pon el móvil lejos de tu vista mientras realizas las tareas. Sonidos de mensajes, vibraciones y llamadas merman el tiempo de ejecución de las tareas y son enemigos de la concentración.

REUNIONES

  • No incluyas a compañeros en reuniones donde no aportan valor.
  • Exige puntualidad a los convocados
  • No atiendas el teléfono ni el email en las reuniones
  • Delega aquellas reuniones en las que la aportación de equipo es relevante.
  • Prepara y pide a los demás que preparen cada reunión con información que responda a las cuestiones a tratar. Deben enviar estos requerimientos en el orden del día y la agenda.
  • Fija el objetivo y detalle de las cuestiones motivo de la reunión y evita salirte del guión. Temas fáciles al principio y conflictivos en el medio del tiempo planificado.
  • Si se inicia un debate que no está en el detalle de la reunión, interviene, cierra el tema y vuelve a las cuestiones objeto de la reunión.
  • Evita reuniones de más de 45 minutos. Si es necesario más tiempo planifica pequeños descansos a cada hora
  • Antes de iniciar tu exposición, escucha y deja finalizar al resto. Cada opinión o punto de vista de nuestros equipos tienen un motivo detrás.
  • Para cerrar la reunión, fija próximos pasos, responsable, fechas comprometidas y reunión de seguimiento de lo acordado. Si no hay seguimiento no hay resultado.
  • Deja por escrito después de acabar la reunión, los puntos importantes conclusiones, informaciones, acciones, fechas de finalización, responsables…. De esta manera, no se pierden acuerdos o información que de otra manera habría que retomar de nuevo en la siguiente reunión.
  • Gestiona tu agenda teniendo en cuenta el tiempo de preparación de reuniones, los desplazamientos de todos los convocados, cambios de sala, descanso, etc.

USO DEL EMAIL

  • No dejes abierto permanentemente el correo electrónico, define unas ventanas horarias para leerlo y responder.
  • Reduce los emails que redactas para coordinar cualquier cuestión con un tercero.
  • Apóyate en las herramientas de Outlook para optimizar el uso del email.
  • No uses el correo de tu empresa para cuestiones personales ni mandes grandes archivos adjuntos que colapsen el email de la otra persona.
  • Acostumbre a firmar tus emails con tu nombre, cargo y teléfono de contacto.
  • Responde a los asuntos de los emails sin cruzarlo con otras cuestiones no relacionadas con el asunto original, generará errores y confusión.
  • Diferencia cuándo se requiere un email y cuándo se debe resolver los asuntos con una conversación.
  • Evita abusar del email para comunicarte con quien no te llevas bien
  • No pongas en copia al resto de compañeros en todos tus emails “por si acaso”
  • El email sirve para enviar/solicitar información, para dejar constancia de acuerdos/compromisos, para gestionar el tiempo y la tarea. No es una herramienta de comunicación.
  • El email no es una herramienta para mandar tareas a subordinados.
  • La aportación de valor de un directivo es inversamente proporcional al tiempo empleado en el email.
  • Los emails cuanto más cortos y concisos, mejor.
  • Evita emails donde acabes en la justificación, aporta soluciones, asume tus errores y busca la colaboración y compromiso del resto del equipo.
  • Escribe el email, déjalo en borrador, y vuelve a leerlo para asegurarte que aborda los temas adecuadamente.
  • Los emails cargados de contenido emocional, únicamente destruyen la comunicación y acaban generando un problema mayor. Si recibes este tipo de email, siéntate con la persona que lo escribe, escucha sus argumentos, busca el punto de encuentro al problema, y redacta una nota posterior con “cero contenido emocional” donde el resto comprendan los puntos acordados y como les afectan.

AUTORES:

  • Claudia Legoff, Regional Continuous Improvement Manager Europe & África en Lear Corporation
  • Epi Izquierdo, Profesional de Lean
  • Roberto Rodriguez, Logistics Manager CAPSA
  • Aitor Barinaga, Director Corporativo de Operaciones de Ternua Group
  • Jose Manuel Armolea, Planning & Deliveries Manager ITP Externals

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